Ser
como el agua
que con identidad firme y confiada
bordea los obstáculos
Y encuentra los huecos vacíos de la existencia
No hay día sin que viva algo nuevo,
Siempre la misma y
siempre diferente.
No culpa a la piedra por ser piedra.
No se enoja con el terreno pedregoso.
Son las propias piedras las que en ocasiones,
le han permitido liberarse de lo que no era.
Su propia transparencia
no sucumbe en el barro.
No le puede ser quitada,
porque es suya, le pertenece.
Sinuosa, confiada
ondulante sigue su curso
recorriendo nuevos territorios,
hasta encontrar su destino.
María José Zamorano, Facilitadora.
Tucumán, Argentina