Uno a uno,
Rostro, textura, rubor.
Sagrado respeto
que deja libre
y se hace más disponible.
Pura receptividad.
Agradecer el todo en cada uno.
Tocar y abrazar su misterio.
y ese fino pulso de vida
que nos une, atraviesa y conmueve.
Venerar enteramente al otro,
como regalo precioso,
eterno y todo bueno.
Sofía Salazar.
Estudiante 3er año, EBBA Dique Luján.
Argentina